Los puntos de
acupuntura los podemos estimular de diferentes maneras, mediante la inserción
de agujas, moxibustión (calor), estimulación eléctrica. La técnica mas empleada
son las agujas, hemos visto que el origen se remonta a muchos años atrás, por
eso los materiales empleados han sido muy diversos, en sus comienzos las agujas
eran de piedras posteriormente se empezaron a emplear el oro, la plata, el
bronce y el hierro, pero hoy en día el material más usado es el acero
inoxidable entre sus propiedades están las de tonoficar y dispersar la energía.

Como no todos los problemas son iguales, es por ello que existen diferentes tipos de agujas de acupuntura. Podemos encontrar agujas grandes y pequeñas, el uso de las primeras es para enfermedades graves, mientras que las pequeñas son más para padecimiento benignos. Por ejemplo: aguja filiforme (es la que se usa comúnmente), aguja de tres filos, aguja de la flor del ciruelo, agujas intradérmicas, agujas de presión.
En todo este tipo de agujas no existe una medida estándar, porque los factores de los que depende elegir una longitud u otra son variados, como puede ser la constitución de la persona, la ubicación del punto de acupuntura, y la profundidad a la que tenemos que introducir la aguja para llegar a dicho punto. Por ese motivo dentro de estos tipos las longitudes son diversas.
En resumen podemos decir que el empleo de las agujas no produce dolor, cuando lo realiza un profesional, el cual insertará con rapidez la aguja, pero si lo hace alguien más inexperto si puede llegar a sentir molestia la persona. Otro aspecto importante es que cuando se realice la inserción de la aguja, no podemos pinchar fuera de los puntos o meridianos porque sino el efecto será nulo.
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