Todo comenzó
en China, con el uso de agujas hechas de piedra, como se conservan aún en los
museos de historia. La creación de las nueve agujas, las primeras que se han
descrito, se atribuyen a FUXI, el emperador blanco, un mítico emperador chino,
alrededor del año 2850 a.c., es decir, cuando apenas se iniciaba la
civilización humana, este emperador, dice la leyenda, fue quien creó el
I-CHING, el libro de los cambios que fue la base del posterior taoísmo. Los
famosos YING-YANG, el TAICHI, vienen de este periodo. Luego, surge el emperador
SHENG NONG, llamado el granjero divino, porque la mitología dice que inventó la
agricultura. Pero lo más importante de su historia es que se le atribuye el
primer tratado sobre plantas medicinales, el Shénnóng běncǎo jīng.
Desde el
punto de vista de la historia de la Acupuntura, el libro más importante, es el
Neijing o Canon médico del Emperador Amarillo, que tiene dos partes, el SUWEN y
el LINGSHU. Los dos son los pilares de la acupuntura. En el libro, el emperador
le hace preguntas a su médico, KIPO, y a través de ellas, introduce las
respuestas a preguntas sobre la salud que aún no hemos resuelto adecuadamente
en el siglo XXI. En el canon del emperador amarillo, ya se habla de la
necesidad de regular la sal, para mantener sano el corazón: Un exceso en la
ingestión de alimentos salados lesiona los huesos y los músculos y produce un
estancamiento de la energía del corazón.
Hablamos
ahora en medicina de la relación del ser humano con su biorritmo y con la
necesidad de proteger la biosfera, pero el emperador amarillo fue más allá.
Hace 5000 años describió como los órganos se relacionan entre sí, con las
estaciones, con los colores, los sabores, por ejemplo al hablar del hígado: el
hígado representa la madera, es la estación de la primavera, su color es el
amarillo (el color amarillo de los ojos es un síntoma clásico de hepatitis), su
emoción es la ira (nos ponemos verdes de rabia, como la bilis...), y su sonido
es el grito (gritamos de ira).
Desde mi
punto de vista lo que ocurre actualmente es que la medicina está tan dividida,
es decir, tan especializada en distintas áreas, que no se entiende al ser
humano como un todo, no lo entendemos como el resultado de la conexión entre
sus órganos y emociones. Y es por eso por lo que no llegamos a conocer con
exactitud lo que le pasa a una persona, porque por ejemplo el traumatólogo solo
se interesa por las lesiones del aparato locomotor, o el otorrinolaringólogo solo
está especializado en las enfermedades de la cabeza y cuello… No ven al ser
humano como un todo como la suma de sus órganos, emociones, sentimientos.
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