Un buen acupuntor puede ayudarte durante las diferentes etapas de tu embarazo: durante los primeros meses, para soportar mejor los malestares leves provocados por la gestación, y a partir del octavo mes, para prepararte mejor para el parto. También puedes recurrir a ella durante el parto, o incluso en el puerperio, para recuperarte mejor después del nacimiento de tu hijo.
En todos los casos, debe ser un médico acupuntor el encargado de realizar la técnica. Las agujas se aplican en la piel en los puntos precisos, a lo largo de los meridianos, y se manipulan, permaneciendo pinchadas durante unos 20 o 30 minutos, cada caso es diferente y el tiempo varía en función del criterio del médico y del síntoma a tratar. La inserción de la aguja no es dolorosa, sin embargo, se puede sentir cierto hormigueo o calambre, que es totalmente normal y nada perjudicial ni para la mujer ni para el bebé.
La intensidad de sensibilidad varía de cada persona, del punto que se trate, de la técnica de estimulación y de la experiencia del acupuntor. El número de sesiones de acupuntura necesarias depende de varios factores como: la severidad del síntoma, duración y naturaleza de su tratamiento. Se recomienda que al principio las sesiones se realicen en días alternos y con una frecuencia de 2 ó 3 veces por semana, y posteriormente de acuerdo a la evolución.

En resumen podemos decir que la acupuntura es efectiva durante el embarazo para tratar náuseas, vómitos, también para reducir la presión arterial alta, nos ayuda para tratar el acumulo de líquidos que se aprecia sobretodo en los últimos meses de embarazo a nivel de las piernas, pies y tobillos, ayuda también a reducir las molestias producidas por las venas varicosas…Es decir, se puede utilizar como terapia alternativa en infinidad de situaciones.
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